jueves, 7 de marzo de 2013

La Dieta Alcalina es Clave para la Buena Salud


La dieta basada en los alimentos alcalinos o básicos puede ayudar de forma decisiva a desintoxicar el organismo de sustancias dañinas o tóxicas, y contribuye a mejorar la salud en general.
Este tipo de dieta está recomendada especialmente en personas que quieran seguir una dieta desintoxicante para ganar vitalidad y energía, o para facilitar la pérdida de peso. También es muy adecuada para personas que sufren problemas digestivos, como la acidez o la hernia de hiato.
En nuestro organismo, resultantes del trabajo interno de las células, se producen residuos de naturaleza ácida, que deben ser retirados a través de la sangre y eliminados del organismo por el hígado, riñones, pulmones o piel. Para que el plasma realice esta “retirada” de tóxicos de los tejidos, ha de mantener un ligero nivel de alcalinidad. Cuando se incrementa la acidez sanguínea, el organismo busca restablecer el equilibrio y así poder detoxificar adecuadamente los tejidos, y busca sustancias alcalinas en sus reservas, como son el calcio, magnesio y potasio de los huesos, dientes, articulaciones, uñas y cabello, debilitándose su estructura. Los ácidos también se almacenan en los tejidos para retirarlos de la circulación, provocando problemas circulatorios, afecciones de la piel, reuma y otros trastornos de la salud.
La clave de una dieta desacidificante consiste en aumentar la cantidad de alimentos alcalinos, que deberían suponer un 80% de los alimentos consumidos en la dieta diaria, y reducir el consumo de los alimentos ácidos a un máximo del 20%.
Al llevar a cabo esta selección de los alimentos, de manera indirecta también se opta por una alimentación más natural, ya que se reducen al máximo los alimentos procesados, las proteínas animales, el azúcar y la cafeína, y se añaden productos ricos en minerales alcalinos como el potasio, el magnesio y el calcio.
Alimentos Básicos o Alcalinos
· Verduras. Crudas o cocinadas al vapor o consumidas con su en forma de sopas o cremas conservando su agua de cocción. Zanahoria, alcachofas, berenjenas, apio, tomates, patatas, boniatos, nabos, lechuga, escarola, coliflor, judía verde, etc
· Frutas de temporada. Han de estar maduras. En otoño granadas, manzana, pera o castañas. El plátano es un ejemplo de alimento alcalino.
· Quínoa, mijo o cebada integrales. Estos cereales son alcalinizantes, y también se podrían incluir en este grupo los menos acidificantes, como el arroz o el trigo sarraceno.
· Legumbres. Como los garbanzos o las judías blancas.
· Semillas y aceites. Los aceites, siempre que sea posible, deberían ser de primera presión en frío, y, tanto en los aceites como en las semillas, se ha de cuidar que estén bien protegidos de la oxidación para que no se enrancien.
· Hierbas alcalinizantes. La fitoterapia también puede contribuir a conseguir un medio más básico, como ocurre con los extractos de diente de león, la bardana o el té verde.
· Algas marinas. Por su alto contenido en minerales, fibra y otros importantes nutrientes son una buena base alcalinizante.
En cuanto a los alimentos de carácter ácido, de pueden hacer algunos sencillos cambios dietéticos para reducir su impacto en nuestro equilibrio orgánico:
· Sustituir los cereales refinados por cereales integrales, incluyendo a sus derivados (pan, pastas, sémolas, etc).
· Sustituir la carne por pescados salvajes.
· Sustituir la leche de vaca, al menos en parte, por leche de avenaalmendras o arroz.
· Sustituir el azúcar por la Stevia.
· Eliminar el café y sustituirlo por té verde.
· Sustituir la sal común por la sal marina sin refinar o por sal del Himalaya.
· Evitar el vinagre en los aliños y, si no es posible, sustituir el vinagre de vino por el de sidra.

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