Este
cambio de sistema médico, junto con el creciente rechazo de la población hacia
la industria farmacéutica, está forzando una transformación radical de la
imagen de branding de las empresas de este sector. “La era del marketing sobre
la magia de una pastilla se ha quedado atrás”, declaró Kate Cronin, global
managing director de Ogilvy CommonHealth PR, “hoy en día las casas
farmacéuticas tratan todos los aspectos que rodean a las pastillas, incluyendo
servicios como concienciación sobre enfermedades, educación y prevención”.
Actualmente,
estas farmacéuticas están sacando los ases que tienen bajo la manga y están
centrando su estrategia de marketing en tratar de acercar sus identidades
corporativas a la vida diaria, con contenido de una forma de vida saludable,
aplicaciones para los móviles y compromiso educativo. “La ACA (siglas de la ley
Obamacare), les da la oportunidad a marcas como Lilly, Merck o Pfizer, de
convertirse en marcas domésticas, con su centro en el paciente”, dice Fred
Geyer, socio de Prophet, una consultora de marcas. “Desde que los pacientes con
enfermedades crónicas están jugando un papel más amplio en cuanto a las
decisiones que rodean sus tratamientos, claramente necesitamos comprometernos
con ellos a nivel corporativo“, añade Kevin Cammack, director sénior de
marketing de Lilly Diabetes.
Geyer
además, insiste en que estas empresas no tienen opción, ya que el año pasado,
sólo un 56% de la población confiaba en las farmacéuticas y la imagen de todas
ellas lleva cayendo en picado desde 2011, a excepción de Johnson & Johnson.
La
reforma del sistema sanitario y la llegada de la ACA seguramente parezcan un
lodazal de nuevas reglas confusas para la familia media americana, pero la para
las grandes farmacéuticas tienen que aprovechar tres puntos fundamentales para
trata de relanzar la industria.
Primero,
la ACA hará que los médicos de cabecera se vean sobrepasados en el primer
momento que la gente se apunte al sistema de salud. Los médicos, asistentes y
enfermeras necesitarán ayuda y las compañías farmacéuticas pueden ofrecerse. En
consecuencia, podrán ganar la confianza de los consumidores.
Además,
la ACA busca evitar que los pacientes con enfermedades crónicas empeoren y
acaben ocupando camas de hospitales de forma intermitente, esto implica que los
pacientes no podrán saltarse la medicación, incluyendo tratamientos preventivos
de ataques al corazón o apoplejías, ya que actualmente más de la mitad de este
tipo de pacientes no toma los medicamentos que los médicos prescriben.
Por
último, en vez de que sean los médicos los que elijan los tratamientos de forma
individual, las compañías de seguros y las redes de asistencia médica basadas
en la eficiencia (llamadas organizaciones responsables de cuidados), tendrán
influencia a la hora de elegir qué medicamentos se prescriben, basándose en la
efectividad de éstos y cómo no, el precio también será un factor decisivo.
super interesante la nueva estrategia
ResponderEliminareso se esta viendo en muchos laboratorios de este pais que lanzan brochurs con propaganda parecida a esta jajajaja
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