Hace dos años, Pedro Alonso junto a otros tres colegas
escribió una carta a Anthony Fauci, director de los Institutos Nacionales de
Enfermedades Infecciosas de EEUU (NIAID).
En ella le pedía una 'segunda
oportunidad' para una nueva vacuna contra la malaria cuyos primeros
resultados habían sido desalentadores. Fauci debió escuchar al científico español,
porque esa nueva vacuna acaba de reaparecer por la puerta grande en las páginas
de la revista 'Science'
De momento se trata sólo de un estudio en fase I, con
50 voluntarios sanos (adultos estadounidenses), muy lejos de las condiciones
reales de la malaria en la mayoría de países africanos, donde sigue matando a
unas 2.000 personas al día. Sin embargo, las conclusiones obtenidas en este
trabajo demuestran que la terapia es 100% eficaz en las dosis más
altas y le permiten al menos seguir demostrando su utilidad en nuevos ensayos
clínicos.
La terapia funciona inyectando por vía intravenosa
esporozoitos atenuados; es decir, una versión 'light' del parásito que
causa la malaria. Esos esporozoitos se alojan en el hígado y cuando el sujeto
vacunado es infectado realmente por la malaria activa, su organismo pone en
marcha una respuesta inmune suficientemente potente para protegerle de
desarrollar la enfermedad. Un mecanismo de actuación muy diferente al de RTS,S/AS01,
la vacuna diseñada por Alonso en colaboración con los laboratorios GSK y hasta
ahora considerada la más avanzada, pese a que sus niveles de protección han ido
descendiendo con el tiempo.
"Hace 100 años que sabemos que es posible
adquirir inmunidad contra la enfermedad bajo la exposición natural al propio
parásito", explica a este periódico el propio Alonso, director del
Instituto de Salud Global (un centro conjunto del Hospital Clínico y la
Universidad de Barcelona). Ese contacto diario con los mosquitos que transmiten
la malaria es el que hace que algunos adultos africanos acaben logrando protección
natural contra la infección ("a costa de los muchos que se quedan en
el camino").
La malaria, en cifras
- Según
la OMS, en 2010 hubo 219 millones de casos de malaria y 660.000 muertes;
el 90% de ellas en países africanos.
- Los
niños menores de cinco años son las principales víctimas de esta infección
causada por parásitos 'Plasmodium'. Los primeros síntomas suelen darse
10-15 días tras la picadura.
- Las
mosquiteras impregnadas de insecticida y otras intervenciones preventivas
han permitido reducir un 26% la mortalidad por esta infección.
- Pese
a los esfuerzos económicos se calcula que se necesitan 5.000 millones al
año de aquí a 2020 para lograr un acceso universal a la prevención.
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