El diciembre pasado, Rob Rhinehart llevó a cabo un experimento: dejar de comer.
Sorprendentemente, Rhinehart sigue vivo. Y es que sustituyó su dieta con una fórmula que él mismo generó y que, asegura, provee todos los nutrientes necesarios para una buena salud.
Rhinehart establece que la comida es cara y toma tiempo de preparar, haciéndola indisponible para muchos en el mundo y afectando negativamente a los que no llevan una dieta saludable. Es por esto que decidió crear el "Soylent".
El Soylent es una malteada que incluye 39 ingredientes compuestos por vitaminas, minerales, carbohidratos, fibra, grasa proveniente de aceite de oliva y pescado, aminoácidos, probióticos y antioxidantes. Su consistencia es espesa con el fin de administrar los nutrientes lentamente al cuerpo, para que éste se mantenga activo todo el día. Además, es increíblemente barata: en un mes, los gastos en alimentos de Rhinehart disminuyeron de $500 dólares a $154.
Rhinehart se sometió constantemente a estudios sanguíneos con el fin de monitorear su salud: Ésta mejoró tras comenzar a ingerir sólo Soylent. En 30 días, Rhinehart bajó de peso y su condición y rendimiento físicos mejoraron.
La comunidad científica se muestra escéptica ante el invento de Rhinehart. El profesor de biología humana Noel Cameron, miembro de la Universidad de Loughborough, expresa que la malteada no puede satisfacer el hambre porque elimina el proceso de masticación, proceso que libera hormonas necesarias para el control del apetito; este factor es clave para evitar condiciones como la anorexia o la obesidad. Además, indica que falta información objetiva que confirme la efectividad del producto, pues de momento, sólo Rhinehart ha experimentado con él.
Sin embargo, Rhinehart desecha la crítica de Cameraon, ejemplificando que el chicle no provoca una sensación de saciedad por más que se mastique, mientras que cinco malteadas muy probablemente lo harán. Él cree que los mecano-censores del estómago juegan un papel más importante en este sentido. Sin embargo, admite que su producto debe someterse a más pruebas antes de salir a mercado, pues falta estudiar el efecto del mismo en individuos de diferente complexión y con diferentes necesidades nutricionales, factores altamente subjetivos en la sociedad.
Actualmente, Rhinehart está llevando a cabo un experimento prueba con seis voluntarios, en donde se ha percatado que las mujeres se sienten menos satisfechas con la malteada que los hombres. Tras completar esta prueba, Rhinehart colocará su proyecto en la plataforma Kickstarter con el fin de conseguir financiamiento para poder producir el Soylent a gran escala.
Rhinehart cree que un producto tan barato y fácil de preparar podría resolver el problema de desnutrición y hambre a nivel mundial.
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