El
orgasmo activa más de 80 regiones del cerebro y la ausencia del placer sexual
generado por él podría generar alteraciones psíquicas.
De
hecho, la insatisfacción sexual podría desencadenar problemas laborales o
sociales: "Por ejemplo, la ansiedad es uno de los trastornos más
relacionados con la ausencia de orgasmo", según explicó la psicoanalista
española Magdalena Salamanca.
La
hipótesis es reforzada por científicos de la Universidad de Rutgers en Nueva
Jersey, quienes recurrieron a imágenes de resonancia magnética para examinar el
cerebro de una mujer de 54 años mientras tenía un orgasmo.
La
investigación mostró que, durante el orgasmo, la actividad cerebral inicia en
la zona del cerebro asociada a los genitales pero en muy poco tiempo puede
expandirse por todo el sistema límbico, que es el que regula las emociones y
está relacionado con la personalidad.
Por
eso para sexólogos como Ana Luna el orgasmo es parte esencial de una
personalidad sana.
"Cuando
tú no tienes orgasmo toda esa energía se queda estancada", dijo Luna.
Agregó que ante la ausencia de orgasmos es más probable que las personas se
tornen rabiosas, tristes y tengan mayor dificultad para sonreír.
Una
cadena de reacciones
Pero
además de las sensaciones, durante el orgasmo aumenta la intensidad del ritmo
respiratorio y "se registran de 110 a 180 latidos cardíacos al minuto”,
según explicó Luna. Este fenómeno ayuda a que la sangre oxígenada fluya en el
cuerpo y viaje hasta los micro sensores de la piel y hasta los órganos.
"En
la fase de excitación los senos se erectan, hay un enrojecimiento del cuerpo de
la cintura para arriba... (Hasta que) en el orgasmo se producen contracciones
involuntarias y espasmos de la musculatura alrededor del pubis, del coxis y del
recto", puntualizó la sexóloga.
Un
orgasmo ayuda al bienestar emocional
Ambas
expertas coincidieron en afirmar que gran parte de las tensiones que acumula el
ser humano se descargan luego de un orgasmo, lo que contribuye a controlar
fenómenos como la ansiedad, al tiempo que se satisface uno de los instintos más
importantes del ser humano.
Incluso,
explicó Ana Luna, desde el momento previo al acto sexual, en la fase de
deseo, el cerebro empieza a generar una
serie de hormonas y micro transmisores “que te van a llevar a sentir
bienestar”.
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