Científicos descubren que el veneno de caracol es un
analgésico hasta 100 veces más potente la morfina. Funciona con bajas dosis y
sin riesgo de provocar adicción. A diferencia de otras sustancias, puede
administrarse a través de una píldora. El prometedor analgésico podría ofrecer
alivio a las personas sufriendo de dolor agudo y crónico, incluyendo a los
pacientes de cáncer, diabetes, esclerosis múltiple, VIH/SIDA, accidentes y
demás condiciones.
El caracol cónico (Conus geographus), es un molusco gastrópodo
que habita las aguas tropicales alrededor del mundo. Inyecta a sus presas un
veneno paralizador a través de una larga y flexible probóscide, apéndice
tubular situado en la cabeza. La fuerza de su veneno radica en cientos de
diminutas proteínas llamadas péptidos. No es la primera vez que en el reino
animal se encuentran potentes analgésicos, recientemente el veneno del ciempiés
fue investigado por el mismo propósito.
El equipo de científicos, liderado por David Craik de la
Universidad de Queensland, Australia, encontró
en el desarrollo de un tratamiento oral a base de péptidos su principal
desafío. Sorprendentemente, encontraron la solución en una planta de la
medicina tradicional africana. Un análisis químico reveló que su ingrediente
activo eran péptidos circulares. Su inusual forma los hace mucho más estables
que otros péptidos, así que el equipo replicó la forma circular en los péptidos
del veneno de caracol.
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