Quieres
adelgazar, pero el chocolate puede más que tu. A cierta hora del día necesitás
(sí o sí) comer “algo rico”. ¿Te sientes identificada? Te ayudamos a saciar tus
ganas sin romper la dieta.
Estás
tratando de bajar de peso, pero hay veces que te siente cansada o con algún
malestar que te hace pensar que algo dulce podría ser “el remedio”. Si bien no
siempre es la solución, a continuación te damos algunas ideas para considerar
en esos momentos.
Elegir
solo una opción:
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Un turrón.
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Un bombón (de presentación individual).
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Un cuadradito de queso y dulce (del tamaño de un celular).
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Una oblea bañada en chocolate (del tamaño más chico).
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Un helado de dos bochas.
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Un postre lácteo de chocolate o dulce de leche no dietético (tamaño chico).
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Una barrita de cereal con chocolate.
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Un paquete de tutucas (trigo inflado).
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Un alfajor chico.
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Tres minifacturas.
Cómo frenar la tentación
Para
detener la adicción a los alimentos de alto tenor graso la única opción es no
exponerse. Cuando sientes que te está por venir el deseo de comer, debes
anticiparte mediante la ingesta de alternativas no adictivas. Por ejemplo, en
el caso de los dulces, una barrita de cereal o de chocolate amargo. Lo
importante es que lo hagas siempre antes de que llegue el ataque de hambre.
De
hecho, una de las recomendaciones es comer en la instancia de “apetito” y no de
“hambre”, ya que en esta última fase se pierde la capacidad de seleccionar
correctamente lo que debemos ingerir
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