¿Cómo puedo
saber si es la dosis correcta?
Existen
muchos tipos de probióticos, y para prevenir o aliviar determinados problemas o
subsanar ciertas necesidades, hay que tomar una variedad específica (ve el
recuadro “Tipos de probióticos y usos principales”, en la página siguiente).
El problema
es que muchos de ellos mueren antes de llegar a la parte del intestino donde
son útiles. Además de adquirir el tipo específico de probióticos que necesitas,
debes asegurarte de tomar la dosis correcta.
Necesitamos
entre 100 millones y 1.000 millones de probióticos vivos todos los días. Aunque
las normas de control de calidad de los alimentos varían en cada país, los
expertos señalan que los yogures y las bebidas con probióticos deben contener
por lo menos un millón de bacterias vivas por gramo, y las empresas que
fabrican productos con ingredientes biológicamente activos deben indicar la
cantidad que contienen en la etiqueta de información nutricional. Sin embargo,
no existe un método estándar para contar las bacterias.
Según los
resultados de algunos estudios, algunos productos contienen muy pocas bacterias
para ser efectivos, si bien presentan diferencias de calidad. En un estudio de
atención al consumidor australiano de 2006, se verificaron algunas marcas
líderes de yogures y bebidas con probióticos y encontró que sólo cuatro
productos tenían más de un millón de bacterias vivas por gramo.
El mejor
consejo es consumir marcas que creas que han aplicado correctamente la garantía
de calidad, comprarlos en tiendas que tengan una gran rotación para asegurarte
que estén frescos y mantenerlos en la nevera.
¿Hay riesgo
de excederse?
Es muy baja
la probabilidad de presentar efectos adversos por consumir probióticos. De las
pocas personas que sí los han tenido, algunas sufrieron diarrea, y sólo unas
cuantas que estaban muy enfermas o que tenían debilitado el sistema inmunitario
contrajeron septicemia (proceso infeccioso generalizado por la presencia de
gérmenes patógenos en la sangre).
Por otro
lado, estos raros efectos secundarios no parecen tener relación con la cantidad
de probióticos ingeridos, dice el doctor Andrew Day, de la Universidad de Nueva
Gales del Sur. Algunas cápsulas de probióticos que se consiguen en las tiendas
de productos naturales contienen hasta 10.000 millones de microorganismos cada
una, y se han realizado estudios con dosis de hasta 360.000 millones de
bacterias sin que las personas presenten problemas. “Es casi imposible ingerir
demasiados probióticos”, señala Day.
¿Qué son los
prebióticos?
Son la fuente
de alimentación de los probióticos. Están presentes en ciertos carbohidratos
que el intestino delgado no puede digerir, por ejemplo, la fruta entera, las
patatas y la pasta cocida (fría), y contribuyen a la multiplicación y la
actividad de la flora intestinal. Los más comunes son la inulina y los fruto oligosacáridos
(FOS). Los prebióticos se pueden tomar también en forma de complementos.
Algunos yogures y panes contienen tanto probióticos como prebióticos, y ciertas
fórmulas lácteas para bebés están fortificadas con FOS.
Aunque pocos
estudios demuestran que es conveniente aumentar nuestro consumo de prebióticos,
el sentido común indica que vale la pena hacerlo para aprovechar al máximo sus
beneficios
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