martes, 3 de diciembre de 2013

USO Y DOSIS CORRECTA DE LOS PROBIOTICOS

¿Cómo puedo saber si es la dosis correcta?
Existen muchos tipos de probióticos, y para prevenir o aliviar determinados problemas o subsanar ciertas necesidades, hay que tomar una variedad específica (ve el recuadro “Tipos de probióticos y usos principales”, en la página siguiente).
El problema es que muchos de ellos mueren antes de llegar a la parte del intestino donde son útiles. Además de adquirir el tipo específico de probióticos que necesitas, debes asegurarte de tomar la dosis correcta.
Necesitamos entre 100 millones y 1.000 millones de probióticos vivos todos los días. Aunque las normas de control de calidad de los alimentos varían en cada país, los expertos señalan que los yogures y las bebidas con probióticos deben contener por lo menos un millón de bacterias vivas por gramo, y las empresas que fabrican productos con ingredientes biológicamente activos deben indicar la cantidad que contienen en la etiqueta de información nutricional. Sin embargo, no existe un método estándar para contar las bacterias.
Según los resultados de algunos estudios, algunos productos contienen muy pocas bacterias para ser efectivos, si bien presentan diferencias de calidad. En un estudio de atención al consumidor australiano de 2006, se verificaron algunas marcas líderes de yogures y bebidas con probióticos y encontró que sólo cuatro productos tenían más de un millón de bacterias vivas por gramo.
El mejor consejo es consumir marcas que creas que han aplicado correctamente la garantía de calidad, comprarlos en tiendas que tengan una gran rotación para asegurarte que estén frescos y mantenerlos en la nevera.
¿Hay riesgo de excederse?
Es muy baja la probabilidad de presentar efectos adversos por consumir probióticos. De las pocas personas que sí los han tenido, algunas sufrieron diarrea, y sólo unas cuantas que estaban muy enfermas o que tenían debilitado el sistema inmunitario contrajeron septicemia (proceso infeccioso generalizado por la presencia de gérmenes patógenos en la sangre).
Por otro lado, estos raros efectos secundarios no parecen tener relación con la cantidad de probióticos ingeridos, dice el doctor Andrew Day, de la Universidad de Nueva Gales del Sur. Algunas cápsulas de probióticos que se consiguen en las tiendas de productos naturales contienen hasta 10.000 millones de microorganismos cada una, y se han realizado estudios con dosis de hasta 360.000 millones de bacterias sin que las personas presenten problemas. “Es casi imposible ingerir demasiados probióticos”, señala Day.
¿Qué son los prebióticos?
Son la fuente de alimentación de los probióticos. Están presentes en ciertos carbohidratos que el intestino delgado no puede digerir, por ejemplo, la fruta entera, las patatas y la pasta cocida (fría), y contribuyen a la multiplicación y la actividad de la flora intestinal. Los más comunes son la inulina y los fruto oligosacáridos (FOS). Los prebióticos se pueden tomar también en forma de complementos. Algunos yogures y panes contienen tanto probióticos como prebióticos, y ciertas fórmulas lácteas para bebés están fortificadas con FOS.
Aunque pocos estudios demuestran que es conveniente aumentar nuestro consumo de prebióticos, el sentido común indica que vale la pena hacerlo para aprovechar al máximo sus beneficios


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