martes, 10 de diciembre de 2013

MEDICAMENTOS QUE NO DEBE MEZCLAR CON EL ALCOHOL

Ya se acerca el fin de año y con él, los brindis navideños. Pero si tú estás tomando algún medicamento, ¡ten cuidado! La mezcla de ambas sustancias puede hacer que la medicina pierda su eficacia. Tomar alcohol mientras estás bajo un tratamiento médico podría tener un efecto negativo en los síntomas o la enfermedad misma. Las personas mayores corren un alto riesgo de intoxicación de alcohol porque toman más medicamentos que los jóvenes y son más susceptibles a los efectos de la bebida por que el envejecimiento también disminuye la capacidad del cuerpo para metabolizar el alcohol, por lo que sus efectos negativos se sienten con mayor rapidez y permanecen más tiempo en el torrente sanguíneo de un adulto mayor.
Conociendo cuales son los medicamentos que interactúan peligrosamente con el alcohol y los efectos secundarios que podría tener en nuestros cuerpos, seremos capaces de evitar terminar en el hospital en estas fechas. Estas son las 8 medicinas que no debemos mezclar con el trago, según el sitio Live Science.
 
1) Antidepresivos: Si se combinan con  alcohol ralentizan el sistema nervioso central, que afecta al cerebro y deteriora las habilidades de pensamiento y el estado de alerta. Esta combinación también puede hacer que la gente se siente más somnolienta y disminuir su capacidad de juicio,  así como su coordinación y tiempo de reacción. Y si esto era poco puede empeorar los síntomas de la depresión. Quienes toman una clase particular de antidepresivos llamados “inhibidores de la monoaminoxidasa” deben evitar el alcohol por completo. El alcohol puede interactuar con estos medicamentos y causar un aumento de la presión arterial.
2) Anticonceptivos: más alcohol reducen el ritmo del cuerpo femenino, como resultado, una mujer puede sentirse intoxicada mucho antes. Aunque el alcohol no reduce la eficacia de las píldoras anticonceptivas, la bebida puede tener otras consecuencias negativas para las mujeres, aseguró Elder Stacy, profesora de farmacología clínica en la Facultad Farmacológica de Filadelfia. El exceso de alcohol puede afectar la toma de decisiones de una mujer y reducir sus inhibiciones sexuales. Si se emborracha, puede olvidar tomar la píldora o decirle a su pareja que use un condón, señaló Elder. Si te parece poca cosa, recuerda que la píldora no previene las enfermedades de transmisión sexual.

3) Medicamentos para el corazón y la presión arterial. Se cree que el alcohol reduce el efecto de los bloqueadores  beta que se encuentran en los medicamentos que ingieren las personas que han tenido ataques al corazón o que están en un tratamiento de insuficiencia cardíaca, dolor en el pecho o ritmo cardíaco anormal. Por lo tanto, los expertos recomiendan que las personas que usan estos bloqueadores eviten consumir alcohol. Para los que están tomando la enzima” angiotensina” ( o inhibidores de ACE ) debido a la hipertensión o ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares , el alcohol puede causar que la presión arterial baje demasiado, dijo Elder. Cuando la presión arterial cae, una persona puede sentirse mareada, aturdida e inluso puede desmayarse.  Dado que el alcohol agrava los efectos de los inhibidores de la ACE , lo mejor es evitar beber mientras se esté tomado dicho medicamento.

4) Medicamentos para reducir el colesterol: Las estatinas tampoco se llevan con los tragos. Si se está tomando este tipo de fármaco, lo mejor es moderar el consumo de alcohol, lo que significa una bebida al día para las mujeres y hasta dos para los hombres. Una bebida es considerada 350 ml de cerveza, 150 ml de vino o 45 ml de licor. La  preocupación más grande es para quienes deben reducir el colesterol y tienen una historia de consumo excesivo de alcohol.

5) Medicamentos para la diabetes: El alcohol puede causar niveles bajos de azúcar en la sangre hasta 24 horas después de su ingesta. Para mantener los niveles del azúcar en la sangre estable, se recomienda comer algo antes o mientras estás bebiendo. No obstante, algunos medicamentos para la diabetes podrían no combinar bien con el alcohol, ya que reducen el azúcar en la sangre dando lugar a efectos secundarios peligrosos. Uno de estos medicamentos es la “metformina”, que se relaciona con un efecto secundario poco frecuente, pero potencialmente grave cuando se ha estado bebiendo en exceso. Esto provoca una acumulación de ácido láctico en la sangre dando como resultado náuseas y debilidad. Los fármacos utilizados para tratar la diabetes, como la clorpropamida y otras sulfonilureas, también pueden interactuar ocasionalmente con el alcohol causando mareos, náuseas, enrojecimiento en la cara y muy bajos niveles de glucosa en la sangre.

6) Medicamentos de reflujo gastroesofágico y úlcera: Grandes cantidades de alcohol pueden relajar el músculo que se encuentra entre el estómago y el esófago aumentando el reflujo ácido. Esto podría producir una sensación de ardor en la parte superior del pecho y un sabor amargo en la parte posterior de la boca.
La bebida y los fármacos pueden empeorar la acidez estomacal. Cuando se está de vacaciones o en ocasiones especiales como la Navidad, distinguir lo que causa el malestar es todo un reto.  El alcohol puede irritar y erosionar la mucosa del estómago y el esófago,  también puede aumentar la cantidad de ácido estomacal producido,  empeorando el ácido y los síntomas de la úlcera péptica, lo que retrasa la capacidad de sanación.

7) Analgésicos: El alcohol intensifica el efecto de algunos medicamentos hacia el dolor. Si lo que estás tomando es paracetamol, siéntete libre, no existe ningún problema, pero si usted está tomando “acetaminofeno”, ten cuidado porque puede causar daño hepático. Otros remedios para el dolor de libre venta, como la aspirina y el ibuprofeno, son generalmente seguros cuando se consume alcohol moderadamente. Danya Qato, farmacéutico y practicante en investigación de servicios de salud en la Universidad de Brown en Providence advierte que debido a que la aspirina y el ibuprofeno pueden incrementar la irritación del estómago, al igual que el alcohol, es mejor abstenerse de beber en exceso para evitar la posibilidad de úlceras y sangrado en el estómago. Al beber debe evitarse el tomar medicamentos para el dolor que sólo se venden con receta médica, incluidos los opioides como Vicodin y OxyContin. El alcohol puede aumentar los efectos secundarios sedantes de estos narcóticos, lo que aumenta la fatiga y causa presión arterial baja. La combinación de alcohol y estas drogas también puede afectar el pensamiento y las habilidades motoras, así como problemas respiratorios.

8) Pastillas para dormir: Imposibles de combinar. El alcohol puede aumentar los efectos sedantes de los medicamentos para dormir, suprimiendo ciertas partes del cerebro y causando somnolencia severa y mareos, lo que aumenta el riesgo de caídas, lesiones y accidentes de tráfico. El consumo excesivo de alcohol mientras se está tomando este fármaco puede reducir la presión arterial a niveles extremadamente bajos y causar problemas para respirar. Aunque beber alcohol puede hacer que usted se sienta cansado, también puede alterar los patrones normales de sueño y originar que se despierte más a menudo durante la noche. Si bebiste, espera al menos seis horas antes de tomar pastillas para dormir

miércoles, 4 de diciembre de 2013

PRINCIPIOS ACTIVOS DE LAS PLANTAS

Definición de principio activo
El principio activo es la sustancia que posee acción farmacológica sobre determinadas dolencias o enfermedades mitigando sus efectos o resolviendo su curación.
 
Es el producto orgánico derivado de la biosíntesis de la planta y puede ser una sustancia simple o compleja en dependencia de la ruta metabólica que haya dado su resultado a partir de la fotosíntesis.
Principios activos
Molécula de la α-Tujona. La La tuyona o tujona es el principio activo del ajenjo o absenta.

Puede estar formando parte de la sustancias de reservas de la planta (carbohidratos), cumplir funciones específicas dentro del funcionamiento orgánico del vegetal (enzimas) o ser producto final que se excreta por órganos específicos como los frutos o las flores (aceites esenciales,) o por zonas específicas como la epidermis (gomas y resinas).

Estará localizado en tejidos determinados o distribuido por toda la planta lo que influirá en la técnica extractiva para su dosificación y conservación (infusión, decocción, maceración).


Los principios activos se pueden clasificar para su estudio dentro de las categorías generales de los compuestos orgánicos presentes en las plantas en los siguientes grupos de compuestos:
Carbohidratos
Terpenos
Glucósidos
Alcaloides
Taninos
Vitaminas
Lípidos
Proteínas
Exudados 

TECNICAS DE RECOLECCION DE PLANTAS



Es muy importante la técnica de recolección de las plantas medicinales para que estas sustancias no se afecten durante el proceso pues deben obtenerse en el momento de mayor rendimiento (como la maduración) y por otra parte proceder con eficiencia para evitar su descomposición por fermentación de los azúcares.

Técnicas de recolección
La recolección de las diferentes partes de la planta debe realizarse con técnicas específicas:
 
•    La flor: La recolección debe hacerse recién abierta y secarse sobre papel limpio.
•    Las hojas: antes y durante la floración y extenderse sobre papel o rejilla
•    Plantas enteras: despojadas de las hojas marchitas y contaminantes extraños (tierra, arcilla, restos de otras plantas)
•    Semilla y frutos: No requieren de un tratamiento especial pero no deben recolectarse excesivamente maduras.
•    Cortezas y raíces: tomadas de plantas jóvenes.

En la técnica de recolección de plantas medicinales deben considerarse los factores ambientales que influyen sobre la optimización del contenido del principio activo entre los cuales se encuentran.

* Lugar y tipo de suelo donde crecen y se reproducen.

* Las fases lunares más adecuadas para su recolección.


* La parte o las partes (hojas, flores, frutos, tallos, semillas o raíces) de la planta que se usan como medicina, aromática o condimento y su relación con el tipo de enfermedad u órgano que se quiera tratar pues en una misma planta pueden coexistir diferentes propiedades curativas de sus componentes.

COSERVACCION DE LAS PLANTAS RECOLECTADAS

El buen estado en el momento del consumo de las plantas medicinales depende directamente de la forma, el lugar y el tiempo de almacenaje, es decir, de las técnicas de conservación de las plantas medicinales.
 
La efectividad de los principios activos en el tratamiento terapéutico está garantizada si se evita la contaminación externa tanto por hongos como por otras especies vegetales.

Ambas pueden provocar reacciones dentro de los componentes que alterarían los beneficios que de ella se espera.

Condiciones para la conservación de las plantas
Lugar para la conservación de plantas medicinales
La conservación de las plantas medicinales debe hacerse en lugares secos y limpios, sin refrigeración, bajo la sombra y que no estén expuestas a las radiaciones solares directas. La excesiva humedad es causa del deterioro progresivo de las plantas medicinales.
Envases para el almacenamiento
Los envases para su almacenamiento pueden ser diversos pero los más útiles son recipientes de vidrio o cerámica, opacos y cerrados. Cuando se almacena en grandes cantidades pueden utilizarse sacos que tengan estas propiedades para la protección.
Observando estas condiciones puede lograrse que las plantas medicinales tengan una vida útil de alrededor de un año.

La pérdida de sus  características se puede apreciar  por el cambio de aroma o de sabor en comparación con el habitual. En ese caso se recomienda desecharlas y adquirir nuevas.



martes, 3 de diciembre de 2013

POR QUE ENVEJECEMOS

Transcribimos, a continuación, una nota titulada "La ciencia busca explicar por qué envejecemos" publicada en la edición del día 19 de marzo de 1013 del diario La Nación, de Buenos Aires, firmado por la periodista Nora Bär, que recabó la opinión de numerosos especialistas e investigadores científicos.
 
La ciencia busca explicar por qué envejecemos

"¿Cómo puede un adolescente de 17 años como yo tener 81 de repente?" Basta con que transcurra el tiempo suficiente para que a casi todos nos asalte la pregunta que se hace Lewis Wolpert, presidente de la Sociedad Británica de Biología Celular, en el prólogo de Por ti no pasan los años (Editorial Tusquets, 2013). ¿Por qué, más allá de que nos sometamos al bisturí del cirujano estético u observemos una dieta impecable, nuestra vista comienza a flaquear, nos falta la energía que teníamos en la adolescencia y cada día nos cuesta más recordar nombres o eventos biográficos?

Hace siglos que la ciencia intenta identificar los engranajes biológicos que llevan al deterioro de las funciones del organismo -sin prisa, pero sin pausa-. La razón de este interés es evidente. Aunque gracias a los avances médicos se prolonga la expectativa de vida, frecuentemente no ocurre con la calidad que uno desearía. Según escribe Wolpert, sólo una de cada diez personas de entre 75 y 79 años no sufre dolencias físicas. Y se calcula que apenas el 4% de las personas de más de 95 conserva sus capacidades cognitivas intactas. El impacto económico y sanitario de una población crecientemente longeva (en el país, según el último censo, hay 23.483 personas de entre 95 y 99 años, y 3487 que tienen 100 y más) es enorme. Si se comprendiera cómo funcionan las piezas de este complejo rompecabezas, tal vez podrían manipularse para retrasar o, incluso, detener el reloj de la vida.

Claro que esto es más fácil de imaginar que de llevar a los hechos. "Aunque hay muchas hipótesis, nadie conoce el mecanismo preciso del envejecimiento -dice el doctor Rodolfo Goya, investigador del Conicet en el Instituto de Investigaciones Bioquímicas de La Plata-. Es un problema enormemente complejo. De hecho, ni siquiera nos ponemos de acuerdo en cuándo comienza: algunos dicen que empieza al nacer, y otros, a los 25 o 30 años."

Según los investigadores, se trata de un proceso desconcertante. Hay quienes piensan que deriva de cambios que ocurren en diferentes tejidos en forma simultánea. Otros piensan que cambios en un tejido particular (como el cerebro) podrían ser los predominantes.

"La hipótesis que tiene más seguidores es la de la «acumulación de daños» -dice Goya-. Éstos se producirían por fallas en los mecanismos de división celular, por la acción de radicales libres producto de los diferentes procesos del organismo o derivados de factores medioambientales, como la radiación ultravioleta. Pero todas estas explicaciones tienen casos que las refutan."

Por ejemplo, explica el científico, uno podría pensar que los animales que más viven son los que tienen mejores mecanismos de reparación. Sin embargo, cuando se analizó la huella química que dejan los radicales libres en las células de una rata africana que en lugar de tres años vive 26 o 27, se vio que era mayor que en los animales comunes.

Otra hipótesis que tambalea es la de la programación genética, porque aunque existe vinculación por grupos familiares, hay especies muy similares que tienen expectativas de vida muy diferentes. "Tal vez sean sólo un grupo de genes los que hacen la diferencia", especula Goya.

Según Diego Golombek, director del Laboratorio de Cronobiología de la Universidad Nacional de Quilmes, otra de las hipótesis es que, cuando estamos en condiciones de expresarlos libremente, es decir, sin interferencias, estamos preparados para vivir una cantidad determinada de ciclos circadianos (ritmos que dependen del reloj interno del organismo). "Cuando se les trasplantó a hámsteres «viejos» un pedacito de cerebro con el reloj circadiano de individuos jóvenes -explica-, éstos recuperaban la amplitud de sus ritmos biológicos y se «rejuvenecían». Pero estos trabajos se hicieron en condiciones experimentales."

Uno de los hallazgos que pusieron en tela de juicio las teorías sobre el envejecimiento es la clonación. "Al fusionar el núcleo de una célula adulta con un óvulo, el núcleo se rejuvenece -detalla Daniel Salamone, director del Laboratorio de Biotecnología Animal de la Facultad de Agronomía de la UBA-. Es más, cuando uno hace un ejercicio de clonación, los telómeros (ver recuadro) se alargan. Pero el reloj no se detiene, apenas podemos retrasarlo."

En el cerebro, el envejecimiento sobreviene en gran parte por la muerte neuronal. "Es un proceso continuo -dice Osvaldo Uchitel, director del Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA- y la neurogénesis no lo compensa. Se van perdiendo contactos sinápticos y se acumula material que en algunos casos se transforma en patológico."

A pesar de todo, Goya es optimista: "Aunque el mecanismo del envejecimiento hoy no lo entendemos, en el futuro sí lo entenderemos".

Numerosas hipótesis en pos de confirmación

Existen muchas hipótesis acerca del envejecimiento, pero todavía no hay pruebas suficientes para respaldar ninguna en particular, y varias de ellas describen mecanismos que se superponen.

Acumulación de daños

Plantean que el envejecimiento es causado por daños ambientales en los diferentes sistemas del organismo que se van acumulando a lo largo del tiempo. Entre ellos, los que padecen las células y tejidos, mutaciones genéticas que hacen que las células funcionen mal, declinación del sistema inmunológico que nos deja más expuestos a las enfermedades, cambios hormonales...

Ritmo metabólico

Diferentes estudios creyeron ver una correlación entre el ritmo metabólico de los organismos y su longevidad. Sugieren que cuanto más rápido un individuo utiliza el oxígeno, menor es su expectativa de vida.

Radicales libres

Son moléculas inestables producidas por los procesos normales del organismo, tales como la respiración o la actividad física, y por elementos externos, como la contaminación o la radiación ultravioleta. Pueden dañar muchos de los componentes de las células, y ese daño puede acumularse con los años.

La mayor parte de las evidencias a favor de la teoría de los radicales libres, sin embargo, se obtuvo en modelos de invertebrados, como la mosca de la fruta, y hallazgos más recientes sugieren que pueden haber sido sobrestimados.

Acortamiento de los telómeros

Postula que las células tendrían un tiempo máximo de supervivencia codificado en el ADN, y determinado por una estructura llamada "telómero" y ubicada en los extremos de los cromosomas. Ésta controlaría el número de veces en que cada célula puede dividirse. Después de cada división, los telómeros se van acortando y finalmente la célula ya no puede dividirse. Así, cada célula nacería un poco más "vieja" que su progenitora. En algunas, como las que dan origen a los óvulos y los espermatozoides, se produce una enzima, la telomerasa, que recompone los telómeros y permite que puedan dividirse indefinidamente. Las células cancerosas producen telomerasa, de ahí su capacidad de división indefinida.

Genética

Es sabido que la longevidad tiene un vínculo familiar: quienes cuentan con ancestros centenarios tienen más probabilidades de vivir hasta edades avanzadas. Esto llevó a los investigadores a proponer que habría ciertos genes que podrían otorgar al organismo la capacidad de vivir más y en mejor estado.

Reloj biológico


Se sabe que las células poseen un programa que las induce a suicidarse (fenómeno que se conoce como "muerte celular programada"). Hay factores ambientales y hormonas que activan este programa. Algunas células están "sintonizadas con un reloj biológico" que responde por ejemplo, a la duración del día. Un ejemplo familiar es el de las hojas de ciertas plantas en otoño. La caída de las hojas en otoño es un ejemplo de suicidio programado masivo. En todos los organismos, los genes funcionan sobre la base de estructuras jerárquicas. Existe un pequeño grupo de genes maestros, cada uno de los cuales controla a su vez a otro pequeño subgupo de genes de segunda jerarquía, los que a su vez controlan grupos algo mayores de genes de tercera jerarquía y así sucesivamente. Una de las especulaciones es que algunos de esos genes maestros podrían controlar el ritmo de envejecimiento. Si esto fuese así, el santo grial de la gerontología sería encontrar esos genes maestros que comandan el ritmo de envejecimiento y modificarlos, por técnicas de terapia génica por ejemplo, para que envejezcamos más lentamente. Claro que, por ahora, esta hipótesis no tiene ningún sostén experimental.

USO Y DOSIS CORRECTA DE LOS PROBIOTICOS

¿Cómo puedo saber si es la dosis correcta?
Existen muchos tipos de probióticos, y para prevenir o aliviar determinados problemas o subsanar ciertas necesidades, hay que tomar una variedad específica (ve el recuadro “Tipos de probióticos y usos principales”, en la página siguiente).
El problema es que muchos de ellos mueren antes de llegar a la parte del intestino donde son útiles. Además de adquirir el tipo específico de probióticos que necesitas, debes asegurarte de tomar la dosis correcta.
Necesitamos entre 100 millones y 1.000 millones de probióticos vivos todos los días. Aunque las normas de control de calidad de los alimentos varían en cada país, los expertos señalan que los yogures y las bebidas con probióticos deben contener por lo menos un millón de bacterias vivas por gramo, y las empresas que fabrican productos con ingredientes biológicamente activos deben indicar la cantidad que contienen en la etiqueta de información nutricional. Sin embargo, no existe un método estándar para contar las bacterias.
Según los resultados de algunos estudios, algunos productos contienen muy pocas bacterias para ser efectivos, si bien presentan diferencias de calidad. En un estudio de atención al consumidor australiano de 2006, se verificaron algunas marcas líderes de yogures y bebidas con probióticos y encontró que sólo cuatro productos tenían más de un millón de bacterias vivas por gramo.
El mejor consejo es consumir marcas que creas que han aplicado correctamente la garantía de calidad, comprarlos en tiendas que tengan una gran rotación para asegurarte que estén frescos y mantenerlos en la nevera.
¿Hay riesgo de excederse?
Es muy baja la probabilidad de presentar efectos adversos por consumir probióticos. De las pocas personas que sí los han tenido, algunas sufrieron diarrea, y sólo unas cuantas que estaban muy enfermas o que tenían debilitado el sistema inmunitario contrajeron septicemia (proceso infeccioso generalizado por la presencia de gérmenes patógenos en la sangre).
Por otro lado, estos raros efectos secundarios no parecen tener relación con la cantidad de probióticos ingeridos, dice el doctor Andrew Day, de la Universidad de Nueva Gales del Sur. Algunas cápsulas de probióticos que se consiguen en las tiendas de productos naturales contienen hasta 10.000 millones de microorganismos cada una, y se han realizado estudios con dosis de hasta 360.000 millones de bacterias sin que las personas presenten problemas. “Es casi imposible ingerir demasiados probióticos”, señala Day.
¿Qué son los prebióticos?
Son la fuente de alimentación de los probióticos. Están presentes en ciertos carbohidratos que el intestino delgado no puede digerir, por ejemplo, la fruta entera, las patatas y la pasta cocida (fría), y contribuyen a la multiplicación y la actividad de la flora intestinal. Los más comunes son la inulina y los fruto oligosacáridos (FOS). Los prebióticos se pueden tomar también en forma de complementos. Algunos yogures y panes contienen tanto probióticos como prebióticos, y ciertas fórmulas lácteas para bebés están fortificadas con FOS.
Aunque pocos estudios demuestran que es conveniente aumentar nuestro consumo de prebióticos, el sentido común indica que vale la pena hacerlo para aprovechar al máximo sus beneficios


EL USO DE PROBIOTICOS PARA LA SALUD

La idea de tener miles de millones de bacterias circulando dentro de nuestro cuerpo no debería asustarnos. 
Tal vez no lo sepas, pero coexistes pacíficamente con más de 500 especies de bacterias que viven en tus intestinos. Desde hace mucho se sabe que tomar probióticos para hacer que esas bacterias proliferen ayuda a prevenir diversos problemas. Ahora hay pruebas de que estos microorganismos son más importantes para nuestra salud de lo que jamás imaginamos.
¿Qué son los probióticos?
Hace más de un siglo, el científico ruso Elie Metchnikoff, ganador del Nobel, observó que los campesinos belgas consumían mucho yogur y tenían una vida larga y saludable. Al analizar el yogur, descubrió que contiene microorganismos que viven naturalmente en nuestros intestinos. Hoy los llamamos probióticos, y se comercializan en forma de cápsulas, polvos y productos lácteos fermentados.
Todos tenemos una flora intestinal única, tan individual como una huella digital, y la conservamos de por vida. Su cantidad puede disminuir a causa del estrés y la medicación, el alcohol y, sobre todo, de antibióticos. Con el tiempo se recupera, pero tomar una dosis complementaria puede acelerar el proceso y evitar infecciones y diarreas.
¿Qué hacen por nuestra salud?
Tomar probióticos extras nos ayuda de muchas formas. Además de aumentar el número de bacterias benéficas en el intestino, tienen un efecto directo en las células de la membrana que lo recubre e inhiben el proceso inflamatorio. Algunos fortalecen el sistema inmunitario al modificar el funcionamiento de los glóbulos blancos y los anticuerpos.
De acuerdo con la medicina alternativa —aunque no existen pruebas científicas—, un desequilibrio en la flora intestinal puede ocasionar un trastorno llamado “síndrome del intestino agujereado”, en el que grandes moléculas atraviesan las paredes del intestino y provocan una respuesta inmunitaria que a su vez desencadena una reacción alérgica.
Evitar ese desequilibrio es la principal recomendación de la medicina naturista, dice la naturópata australiana Pam Stone.
¿Qué pruebas hay de que funcionan?
Un reciente artículo publicado en el Medical Journal of Australia confirmó que los probióticos ayudan a prevenir o reducir diversos tipos de diarrea, entre ellos los infecciosos, sobre todo los causados por rotavirus o por el uso de antibióticos.
También se cree que los probióticos son útiles contra trastornos como el síndrome de colon irritable y la colitis ulcerosa. Y se están investigando sus posibles efectos benéficos en otros problemas, entre ellos la enfermedad de Crohn y la enterocolitis necrosante, dice el doctor Andrew Day, profesor de la Facultad de Salud Femenina e Infantil de la Universidad de Nueva Gales del Sur.
También está comprobado que los probióticos fortalecen el sistema inmunitario y ayudan en problemas como el eccema y, tal vez, el asma. Un estudio europeo reciente reveló que los bebés cuyas madres tomaron un probiótico durante el embarazo, padecían menos diarreas, alergias e infecciones.
Finalmente, algunos médicos ahora creen que la escasa presencia de bacterias benéficas en los intestinos (por el abuso de antibióticos o por vivir en un ambiente esterilizado) puede ser la causa, en parte, del aumento de la obesidad, las alergias y otras enfermedades.
¿Cómo puedo consumir probióticos?
La principal fuente natural de probió-ticos es el yogur, en particular las variedades que contienen lactobacilos activos. Las bebidas lácteas fermentadas también son una buena fuente. En algunos países se añaden probióticos a otros alimentos, como el pan, las salchichas y los helados